La historia de este baile tan peculiar tiene su origen en Ghana, es una costumbre que quienes desde hace más diez años celebran la muerte de los demás. La tradición consiste en que a los muertos los llevan de la morgue a su casa, y de allí a los cementerios; el transporte del ataúd lo llevaban los familiares o conocidos del fallecido, pero pasaba en algunas oportunidades los familiares se embriagaban y el cajón terminaba en el suelo.
En vista a la situación antes mencionada, su fundador Benjamin Aidoo, empezó trabajando como portador de féretros para poder pagar sus estudios, pero pronto desarrolló una idea más creativa de hacer estos funerales y que la gente sonriera en mitad de un evento tan devastador como es la pérdida de un ser querido. Empezando con un grupo de 6 hombres para realizar estos recorridos, y el baile nació como una forma de despedir a quien murió. No debe tomarse como un acto irrespetuoso, todo lo contrario. Es una celebración.
Esta idea innovadora ha terminado convirtiéndose en un lucrativo negocio que ya cuenta con más de 100 empleados. Estas personas se encargan de amenizar los entierros haciendo coreografías de baile y canto acompañadas por el ataúd. En esta escenografía, que es diferente en cada funeral, tiene mucha importancia el vestuario y ellos siempre lucen un traje informal acompañado de un vistoso sombrero, gafas de sol y zapatos blancos y negros. incluso este servicio está disponible sólo para personas mayores que hayan disfrutado la vida.
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